La evolución del denominado “athleisure” ha sido sin duda la tendencia definitoria de esta década en ropa y calzado.
En lugar de disminuir en importancia, la tendencia está evolucionando, empujada por el continuo crecimiento del consumo de ropa deportiva.
La ropa infantil sigue eclipsando tanto a ropa de hombre como de mujer, beneficiándose de una mezcla de tendencias macroeconómicas y sociales.
La creciente clase media en los mercados emergentes, junto con la irrupción de la moda en este segmento, está impulsando un mayor gasto per cápita.
Por último, la denominada “Fast Fashion», estrategia minorista que vacía las tiendas, se instala en los mercados emergentes. El concepto de llevar las tendencias de la ropa y calzado de la pasarela a las tiendas en cuestión de semanas ha supuesto una disrupción en el mercado, afectando a los actores especializados del mercado que lideraban la industria.
Tendencia “Athleisure”
Vocablo procedente de athletic (atlético) y leisure (ocio) y acuñado por los gurús de la moda. Se estima que cada la ropa deportiva influya más en el crecimiento en la industria, produciendo una CAGR (tasa anual compuesta de crecimiento) del 4% durante 2016-2021, en comparación con el 2% para prendas de vestir y calzado en general.
Cabe destacar que Asia Pacífico será la fuerza motriz del crecimiento dentro de la ropa deportiva, generando un crecimiento del valor absoluto de 24 mil millones de US$. Mientras que Estados Unidos, China y la India se preparan para generar un crecimiento combinado del valor absoluto de 37 mil millones de US$ hasta 2021, que representan el 61% del crecimiento mundial de la ropa deportiva.
Esto se ve impulsado por los segmentos inspirados en los deportes y el ejercicio físico. Mientras el athleisure está pasando de ser una tendencia de moda a un estilo de vida, los gigantes de ropa deportiva Nike y Adidas continúan adaptando sus credenciales de moda colaborando con diseñadores como Olivier Rousteing y Stella McCartney, mientras que los pesos pesados de la moda como H & M y Tory Burch continúan invirtiendo en submarcas inspiradas en deportes.
La mini-moda mantiene el pulso
Como se mencionaba anteriormente, la moda infantil supera a la de hombre y mujer.
La creciente clase media en los mercados emergentes está dando como resultado un mayor gasto per cápita y en particular, se espera que la abolición de la política de un solo hijo en China aumente el gasto per cápita de 16 US$ en 2016 a 19 US$ en 2021.
Además, el cambio hacia familias más pequeñas y tardías con mayor poder adquisitivo está generando un mayor gasto en los niños en los mercados desarrollados.
Este segmento continúa su transición desde productos de uso cotidiano a productos de tendencia con una fuerte inversión por parte de las marcas de ropa masiva como Zara, además de los negocios de alta gama.
La moda se ha convertido en un componente importante en el proceso de compra y, como resultado, la frecuencia con la que se compra la ropa sigue aumentando.
Además, la tendencia “mini-yo” también ha beneficiado a los actores de ropa deportiva ya que los padres usan ropa deportiva a diario y tratan de vestir a sus hijos de una manera que refleje su propio estilo.
Fast fashion gana terreno en los mercados emergentes
A medida que Europa Occidental se satura de “Fast Fashion”, las marcas líderes buscan crecimiento en otros lugares.
Como resultado, el concepto se está extendiendo más allá de su país de origen.
Armadas con credenciales de moda considerables y conocimiento de marca global, los gigantes de la fast fashion se están volcando cada vez más hacia regiones emergentes como América Latina, Oriente Medio y África. América del Norte y Asia Pacífico están cada vez más dominadas por estas empresas, con la expansión de marcas nacionales como La Chapelle y Forever21, además de H & M y Zara.
A medida que el resto de la industria reacciona a esta fuerza dominante, muchas empresas del mercado de la ropa buscan implementar cadenas de suministro más reactivas, acelerando la producción y aumentando la cantidad de productos dirigidos a tendencias.
Las empresas de lujo también están reaccionando al avanzar hacia un modelo «Ver ahora, comprar ahora», apelando al deseo de los consumidores de una gratificación instantánea, y que ejemplifica la disrupción generalizada que el sector de la moda seguirá sufriendo, tanto en el desarrollo de la industria como en las expectativas de los consumidores.
Perspectiva
Asia Pacifico tiene el mayor mercado de prendas de vestir y calzado del mundo, valorado en 595 mil millones de US$ en 2016.
La región está impulsada principalmente por el comportamiento de China, que desaceleró su ritmo en 2016 con un crecimiento del 3% debido al enfriamiento del crecimiento económico, la depreciación de la moneda y los cambios del consumidor.
Sin embargo, aún se espera que la región llegue a representar el 47% del crecimiento del valor absoluto global hasta 2021, llegando a los 83 mil millones de US$.
Como una de las categorías de más rápido crecimiento en Asia Pacífico, se espera que la ropa para niños registre una tasa anual compuesta de crecimiento del 6% en el período 2016-2021, generando un crecimiento de valor absoluto de 19 mil millones de US$.
La ropa de mujer sigue siendo la piedra angular de la industria del vestido y calzado, representando el 38% de las ventas globales en 2016. Sin embargo, se espera que la moda masculina supere a la ropa de mujer en términos de crecimiento, con una tasa anual compuesta de crecimiento del 2% en 2021 (1% para moda femenina).
A medida que los consumidores masculinos continúan poniendo mayor énfasis en su apariencia, la moda masculina se está masificando.
La proliferación del athleisure, la adopción de ropa deportiva en entornos sociales y una mayor disponibilidad de artículos deportivos orientados a la moda está impulsando el gasto del consumidor en una categoría que anteriormente era dominada por las ofertas de productos básicos.
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