Las energías renovables cuentan con el apoyo continuado de todos los actores de la sociedad, ciudadanía, corporaciones y gobiernos.

Su tecnología permite la explotación, dejando a un lado otros recursos nocivos y en dirección a una economía sostenible.

No obstante, en España, no está del todo clara la política energética, y no son pocos los retos a superar.

Una tecnología competitiva y sostenible

La energía renovable, a nivel global, y según arrojan los datos que publica IRENA – Agencia Internacional de Energías Renovables-, es cada vez más competitiva.

En 2016 se alcanzaron registros máximos de capacidad de generación de estos tipos de energía. En 2017 el coste de instalación de potencia y el de generación han disminuido a buen ritmo.

Pese a que España es uno de los países del mundo con mayor potencial, la Asociación de Empresas de Energías Renovables advirtió el año pasado de la pérdida de competitividad de la industria.

Tras el parón provocado por la moratoria de 2012, ahora surgen una gran cantidad de proyectos concentrados en un corto plazo, lo que hace cuanto menos cuestionable su viabilidad.

Respaldo Gubernamental

Este verano, el G20 presentaba un plan de acción sobre clima y energía haciendo foco en las energías renovables.

La conciencia de países e instituciones internacionales se hace cada vez más comprometida en cuanto a combatir el cambio climático apoyándose en el fomento de estas energías.

Recientemente, la UE ha fijado una tasa mínima del 32% de energía renovable para 2030, tras unas duras negociaciones entre Parlamento Europeo, Consejo y Comisión Europea.

El acuerdo queda en medio de las aspiraciones de los países (27%) y de la Eurocámara (35%) para cumplir con los objetivos europeos del Acuerdo de París contra el cambio climático.

El objetivo alcanzado llega después de que países como España o Italia, abogaran en un Consejo de ministros europeos de Energía por una ambición más elevada que la inicialmente prevista.

Sin embargo, España no ha presentado todavía la firmeza que se espera en materia de apoyo gubernamental.

A pesar de que las energías renovables han sido hasta ahora el principal factor de reducción real de las emisiones del país, en 2012 el Gobierno frenó drásticamente la instalación de nueva potencia, algo de lo que el sector no termina de recuperarse.

Oportunidad de crecimiento económico

Con este panorama del sector en España, a las empresas se les hace más atractivo mirar hacia el exterior.

El sector de las energías renovables tiene un mercado en crecimiento que abre importantes e interesantes perspectivas de trabajo, cargado de demandas de especialistas, analistas o técnicos, ya sea para trabajar directa o indirectamente.

Los datos de empleo en el sector solar y eólico se han duplicado en los últimos cuatro años y durante el 2016, de nuevo según datos de un informe de IRENA, más de 9,8 millones de personas encontraron trabajo dentro del sector de las energías renovables.

Países como China, Brasil, Estados Unidos, Japón, India o Alemania son los que están al frente de la oferta de puestos de trabajo en el sector, así como del desarrollo renovable, ya sea eólico o solar.

PPAS

Los PPAS (Power Purchase Agreement o acuerdo de venta de energía) corporativos representan un gran abanico de posibilidades para el crecimiento de las renovables.

La bajada de los costes de la energía renovable y la consiguiente posibilidad de ofrecer precios competitivos ha dado lugar a la proliferación de PPAS por todo el mundo, fórmula que también permite solucionar la principal barrera del crecimiento del sector, la financiación de proyectos renovables.

En este contexto, sigue pendiente desarrollar en España estos contratos de compra de energía a largo plazo a un precio preestablecido entre un productor y un consumidor que, permiten modelizar con mayor certidumbre este tipo de flujos.

Hasta ahora el modelo regulatorio de las renovables en España y los cambios en la política energética limitaban esta posibilidad.

Oportunidades para la industria renovable

Oportunidades para la industria renovable

 Mejores opciones de inversión

El hecho de que los grandes países hayan priorizado la reducción de sus emisiones es una causa de gran relevancia en proceso de descarbonización y la toma de conciencia el cambio que se ha producido.

Uno de estos ejemplos es China, que actualmente lidera la oferta de puestos de trabajo a nivel mundial, con más de 3,5 millones de personas en el sector.

Destacan también los avances registrados en los países africanos.

Tras el foro empresarial de la Unión Europea y África, celebrado el pasado mes de abril, se aprobó la inversión de 3.350 millones de euros en el continente africano.

Además, la Unión Africana reiteró el compromiso para cooperar en la promoción de las renovables en el continente.

De hecho, España ha sido uno de los países con mayor número de participantes en el llamado Africa Energy Forum 2018, celebrado del pasado 19 a 22 de junio.

Entre las oportunidades que se encuentran en África y que se han expuesto en el AEF 2018:

  • El Gobierno de Sudáfrica respalda el programa de productores independientes con la firma de 27 PPA´s que se encontraban pendientes de ratificación .
  • Marruecos tiene como objetivo desarrollar hasta 1,5 GW de energía solar y eólica para llegar a que las energías limpias representen el 42% del mix energético en 2020, partiendo del 32% actual.
  • Egipto tiene el objetivo de llegar a mix de un 42% de energías limpias en 2022. A través del Multilateral Investment Guarantee Agency (MIGA), del World Bank Group ha garantizado la inversión de hasta 102 millones de dólares para la construcción, la operación y el mantenimiento de seis plantas solares que suman 250 MW y que representan sólo un parte de la inversión total de 385 millones de dólares.
  • La República Democrática del Congo ha programado el Gran Proyecto Inga, una presa hidroeléctrica, con una capacidad de generación de 12.000MW y una inversión inicial de 14 mil millones de euros.
  • Etiopía y Kenia son los grandes impulsores de las energías renovables dentro de la región de África Oriental.

Otro cambio de tendencia importante es la reestructuración del sector energético, que estaba dividido entre generación tradicional y generación renovable.

Esta separación cada vez es menos evidente, con multitud de empresas del primer bloque que están incorporando volumen de negocio basado en las tecnologías renovables a medida que la transición energética se acepta como objetivo de desarrollo.


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