Internacionalización y evaluación de resultados

Shanghai. Foto: Pablo Cantero.

En el plan de internacionalización de una empresa, las metas y objetivos medibles, contrastables y tangibles son elementos claves para el éxito. En este sentido, la visión y el contacto más cercano que tienen pequeñas y medianas empresas de sus mercados les concede un margen de ventaja del que carecen empresas más grandes, una ventaja que conviene saber aprovechar al máximo.

Todo esto, sin embargo, no es obstáculo para que una correcta evaluación de resultados se trate a veces casi como un mal necesario, de modo que no se le presta toda la atención debida ni se aprovecha todo su potencial, pero no es posible avanzar o mantenerse en un mercado, el que sea, sin una evaluación frente a los objetivos fijados y los alcanzados hasta el momento. No hay que perder de vista que esta labor forma parte de la responsabilidad de la empresa ante sus accionistas, trabajadores – ¿cómo es posible trabajar mejor, aprender, innovar y maximizar los resultados de manera sostenible? – y clientes, la razón de existir para una empresa en última instancia.

Al mismo tiempo, para garantizar su eficacia, los criterios deben evolucionar y adaptarse a los factores de venta que influyen en las previsiones:

  • tendencias de distribución o consumo observadas y constatadas
  • promulgación de leyes o desarrollos científicos / tecnológicos que desencadenen la creación de nuevos mercados o su cierre
  • fluctuaciones económicas

a fin de realizar una evaluación certera y evitar las decisiones estratégicas basadas en indicadores obsoletos.

Combinar la interpretación adecuada de la información obtenida con la creación de valor añadido es la única vía para irrumpir y mantener una presencia en mercados extranjeros. Las actividades de planificación realizadas previamente deberán contribuir a guiar el control de los resultados y dictar un marco de acciones correctivas – destinar recursos para el mejoramiento, motivación del personal, solidificar las relaciones con los clientes – ante cualquier desvío en la ruta causado por un rendimiento insuficiente.

Los indicadores más utilizados para medir, gestionar y comunicar los resultados, como cotizaciones, pedidos despachados, productos más vendidos, crecimiento de ventas y de ingresos, etc., deben combinarse con otras mediciones no financieras como aquellos elementos que impactan en los resultados: innovación, aprovechamiento de los recursos, los competidores, costo, el ciclo de vida o naturaleza del producto ofrecido, calidad del producto o servicio; acerca de esto, conviene recordar que el enfoque “válido para todo” no existe: muchas veces la calidad la define el cliente según como responde el producto o servicio ante sus necesidades específicas, que varían de mercado a mercado.

¿Cómo ha impactado la estrategia de evaluación de resultados de tu empresa en su desempeño en mercados extranjeros? Comparte tu experiencia con otros emprendedores globales en nuestro blog: emprendedorglobal.info


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