La innovación como vía para el crecimiento, competitividad y futuro de una empresa se suele destacar como concepto clave para aquellas empresas, especialmente PyMEs, que buscan ampliar su presencia internacional dentro del marco de comercio exterior; sin embargo, es necesario entender antes que es lo que se considera innovador dentro de un mercado determinado: un producto o servicio que ha alcanzado la madurez en el mercado interno puede resultar novedoso en otro, o bien un producto desarrollado para un determinado mercado puede toparse con una o más alternativas que satisfacen necesidades de manera muy similar o más eficaz incluso. Por otro lado, la internacionalización y el contacto directo con mercados y sectores industriales extranjeros supone un impulso clave para el desarrollo de tecnologías, procesos, modelos de negocio y diseño de productos innovadores.
En general, las características básicas de un producto o servicio cambian poco de mercado a mercado, pero un producto es más que sus características básicas: es un conjunto de utilidades que obtiene su comprador, y que abarcan, además de su uso previsto, cosas como la confianza en un óptimo funcionamiento y la garantía de su fabricante o proveedor, la facilidad de adquirir el producto, o el prestigio que acompaña a su uso; estos aspectos juegan un papel fundamental en la difusión. La innovación llega a los consumidores mediante canales como medios de comunicación, o por vía interpersonal entre distintos grupos sociales: jóvenes, padres de familia urbanos, sectores o industrias, etc., y la rapidez con la que una nueva idea o producto puede extenderse en un mercado puede tomar unos pocos años, o puede llevar décadas.
Así, comprender cuáles son los factores que ayudan a diseminar un producto nuevo en un mercado diferente es fundamental, a fin de calcular el tiempo y recursos necesarios para introducir un nuevo producto en un mercado extranjero, teniendo en cuenta que los costos adicionales de crear y probar un producto o modelo de negocio nuevo para un mercado extranjero, así como la solicitud de patentes internacionales, deben verse compensados por más y mejores ventas. Además, esta comprensión permite saber que características de una tecnología o producto innovador son más o menos compatibles con las expectativas, necesidades y hábitos de los consumidores, e identificar oportunidades de diferenciación frente a la oferta existente.
En general, determinar la facilidad o dificultad de introducir un producto o modelo de negocio innovador en el mercado, requiere analizar los siguientes elementos:
- rendimiento del producto ¿qué ventaja pueden percibir los usuarios frente a las alternativas existentes?
- restricciones en el marco regulatorio local
- compatibilidad con las normas, valores y costumbres culturales
- eficacia de los sistemas de distribución
- el coste que conlleva su utilización; esto no sólo se refiere al su coste financiero, sino a la inversión de tiempo y otros recursos necesarios para la utilización, tales como complejidad de uso, o necesidad de acceso a infraestructuras y servicios adecuados como el suministro eléctrico, especialmente importante en varios mercados emergentes.
- y por último, la facilidad para transmitir los beneficios del producto/servicio, teniendo en cuenta diferentes prioridades y estilos de comunicación
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