Alianza del Pacífico – algunas perspectivas

Andes. Foto: Pablo Cantero

La Alianza del Pacífico se posiciona como espacio de cooperación e integración clave en la actividad comercial y económica de América Latina, no obstante las previsiones de deceleración de la economía en la región; Chile, Colombia, México y Perú, cuyos ingresos ciertamente acusan el descenso en el mercado de materias primas, sin embargo cuentan también con numerosas fortalezas de cara al futuro: además de sus mercados jóvenes con una clase media en crecimiento, que suman más de 220 millones de personas en total, ofrecen también un dinámico panorama empresarial, y compromiso con la apertura comercial y cultural al exterior, representando actualmente la mitad del comercio de Latinoamérica, y atrayendo en su conjunto el 45% de la inversión externa directa.

Por otra parte, las conversaciones sobre el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica, y sobre la incorporación prevista de Costa Rica y Panamá en el futuro, añaden más interés a aquellos emprendedores globales que estén considerando aprovechar oportunidades de negocio en esta región, oportunidades que ya están atrayendo la atención de empresas de numerosos países. Entre los sectores a observar cabe destacar la minería, sector metalmecánico y manufactura, producción y suministro de energía, infraestructuras sociales y de transporte, sector agroindustrial y recursos forestales, sector automotriz, servicios financieros y turismo.

Chile, el más pequeño de los mercados del bloque, cuenta sin embargo con una de las economías más destacables de Latinoamérica por su dinamismo, estabilidad institucional, social y política, y su trayectoria de apertura a la importación, inversión e iniciativa empresarial, además de un sector financiero sólido y eficaz, y una de las redes más amplias de tratados comerciales en el mundo. Por otra parte, ha sabido llevar una cuidadosa gestión de las finanzas públicas y mantener la deuda pública, el déficit presupuestario y corrupción institucional en niveles bajos gracias a instituciones fuertes y transparentes, aunque se prevén incrementos destinados al gasto en educación, uno de los apartados de mayor prioridad.

Resulta de especial interés el sector minero, principal fuente de ingresos por exportación, y en particular las soluciones en tecnología y automatización para un mayor rendimiento; las energías alternativas y todo lo relacionado con producción y eficiencia energética, debido al elevado costo del suministro en ese país; pesca y agroindustria, en especial producción vitivinícola y hortofrutícola, el sector de construcción y TICs, éstos últimos particularmente interesantes en un país de población mayoritariamente urbana y con una fuerza de trabajo calificada, aunque persisten marcadas desigualdades en la distribución de la renta.

El rápido crecimiento de Colombia en los últimos años le ha llevado en las últimas mediciones a establecerse como tercera economía latinoamericana tras Brasil y México; por otra parte, varias ventajas posicionan a este país como un destino de interés para la exploración de oportunidades, tales como una excelente posición geográfica con respecto a sus principales socios comerciales, inflación controlada y reducción en la tasa de desempleo, una sólida democracia, apoyo a los inversionistas y diversos acuerdos comerciales con varios países, entre ellos los del grupo UE-28.

Sin embargo, su economía expuesta a las variaciones de demanda de los hidrocarburos, que constituyen la principal fuente de ingresos por exportación, y por otra parte, siguen siendo importantes los retos al orden público y la seguridad por la actividad de la guerrilla y grupos delictivos, aunque los esfuerzos sostenidos contra el crimen y el terrorismo han logrado disminuir su alcance e influencia.

La necesidad de diversificación de la economía para mantener el ritmo de crecimiento plantea varias oportunidades dentro de sectores como la minería, infraestructuras hidroeléctricas y de gas, industria agroalimentaria y floricultura, producción textil y de confección; cabe destacar también las oportunidades en tecnología y soluciones en extracción de recursos y producción respetuosa con el medio ambiente, en respuesta a recientes reformas de la normativa medioambiental. Igualmente, las grandes inversiones realizadas para el desarrollo de infraestructuras deberá continuar impulsando el crecimiento, la creación de empleo y la demanda de vehículos, entre otros apartados de interés.

México, la mayor economía del grupo, principal exportador de manufacturas de Latinoamérica y uno de los mercados más atractivos por su tamaño, y por las oportunidades en sectores de manufactura como metalurgia y metalmecánica, ensamblaje de automóviles y producción de piezas automotrices, electrodomésticos, electrónica, textiles, marroquinería y calzado, industria alimentaria, minería y sector aeroespacial.

A pesar del descenso en la producción e ingresos por exportación del petróleo, pilar de la economía, es previsible que los datos económicos positivos del vecino EEUU, unido al incremento de costos en China, su principal competidor, se dejen sentir en varios aspectos de la economía mexicana, como la actividad de las empresas exportadoras en una variedad de sectores, el sector turístico y el flujo de remesas proveniente de trabajadores transfronterizos, al ser México uno de los principales receptores mundiales.

Por otro lado, los esfuerzos para impulsar la inversión y la apertura del mercado, deberán ayudar a fomentar los lazos comerciales con otras economías y disminuir la excesiva dependencia de las relaciones con sus socios de TLCAN; sin embargo, perduran varias otras vulnerabilidades, tales como una gran actividad sumergida debido a numerosas dificultades del marco regulatorio, lo cual impacta notablemente en la base recaudatoria del país y la creación de empleo formal; altas tasas de pobreza e inflación, elevada incidencia de delitos violentos, y las consecuencias de la actividad de las poderosas mafias del narcotráfico en la seguridad ciudadana, los organismos públicos y la actividad empresarial, impactando en especial a los pequeños autónomos y empresas.

El crecimiento económico de Perú, uno de los más rápidos de la región, y la estabilidad macroeconómica del país ha impulsado varios cambios en el funcionamiento del marco regulatorio y las instituciones, creando una atmósfera más favorable para la inversión privada y la actividad empresarial, además de notables avances en los niveles de ingresos de las familias y el acceso a la clase media.

La economía peruana es también destacable por una trayectoria de prudente gestión fiscal, apertura comercial, y en especial por tener sólidas relaciones establecidas con países de Asia, que le convierten en uno de los enclaves mas importantes de la inversión y actividad de estos países en la zona. Sin embargo, a pesar de los avances económicos, continúa existiendo una notable brecha de desigualdad en la distribución de la renta, particularmente en zonas rurales, además de una gran vulnerabilidad de las instituciones a la corrupción, y un sistema judicial altamente ineficiente.

Además de las grandes inversiones realizadas por el gobierno para el desarrollo de infraestructuras, la inversión empresarial en mejoras e innovación en los procesos productivos y logística es una prioridad en varios sectores, a fin de reducir la dependencia del comercio de materias primas del país que amenaza con obstaculizar el crecimiento. Como sectores de mayor interés, cabe destacar el sector minero y manufactura del metal, fuente principal de ingresos por exportación junto con la explotación de hidrocarburos, el sector pesquero y la producción alimentaria, sector maderero, producción textil, y el sector de turismo.