Del análisis de los datos macroeconómicos se puede deducir que los países emergentes más pronto que tarde acabarán recogiendo el testigo en la clasificación global en cuanto a PIB.

Las viejas economías occidentales se enfrentan a grandes problemas de deuda que amenazan a su estabilidad y crecimiento, al envejecimiento poblacional y a la ralentización de su ritmo de crecimiento, tal y como cabe esperar de su carácter maduro.

Esta situación se contrapone con la de los considerados hoy en día como emergentes. Países como India, Indonesia, Vietnam, Egipto o Nigeria, con altas tasas de natalidad y que registrar tasas de crecimiento elevadas que se espera que se mantengan a lo largo del tiempo, claramente darán mucho de lo que hablar.

Se espera que la zona asiática sea la punta de lanza del crecimiento mundial y acapare la mayor parte de la producción mundial de riqueza en la próxima década. Por otro lado, también se prevé que los países africanos tengan su lugar, especialmente aquellos que están recibiendo ingentes inyecciones de capital procedente de China.

Angola, Etiopía, Kenia, Nigeria, Sudán o Yibuti son algunos de los países destinatarios de la lluvia de dinero chino. Países olvidados por Estados Unidos y Europa que están aprovechando los esfuerzos del régimen chino por ganar influencia para no sólo salir de la pobreza, sino para rivalizar en pocas décadas con economías históricamente potentes.

La próxima década será la década de Asia

Recientemente, ha sido publicada la previsión del banco Standard Chartered de las principales economías para el año 2030. Según el mismo, se prevé un crecimiento abrumador de las economías de este entorno y más concretamente, para ese año siete de las diez primeras economías basándonos en su PIB en términos de paridad de poder adquisitivo, serán países considerados a día de hoy como emergentes.

Concretamente, si en 2010 Asia aglutinaba un 20% del PIB mundial y en 2017 un 28%, se espera que para 2030 ya suponga el equivalente al 35%.

También siguiendo la publicación, el crecimiento anual del PIB de China seguirá creciendo tal y como hasta la fecha para aminorar la marcha hacía el mismo 2030, año en el que se espera que esta economía comience una etapa de madurez y se estabilice en tasas de crecimiento en torno al 5% anual.

Este país se espera que en el próximo 2020 se convierta en la primera economía mundial, aunque en términos de paridad de poder adquisitivo ya es considerada como la principal potencia.

Por otro lado, característico será el crecimiento de India, que se espera que alcance unas tasas sostenidas cercanas al 8% anual movido principalmente por el rápido desarrollo urbano. Ciudades como Agra, Surat, Tiruppur, Nagpur, Hyderabad o Bengaluru registrarán un crecimiento continuado del 8%-9%

Comparación 2017 – 2030

Si comparamos las estimaciones de la publicación con los últimos datos disponibles de PIB en paridad de poder adquisitivo proporcionados por el FMI relativos al año 2017, podemos tener una mejor idea de la contundencia con la que se imponen las economías emergentes a lo largo del periodo.

Destaca por encima de los demás el caso de Egipto, con un sorprendente 583%. En Asia, destaca la India consolidándose como segunda potencia económica y relega a EEUU al tercer puesto. Además, también será el país más poblado del mundo sobrepasando a China hacia el próximo 2026.

Una vez este escenario tenga lugar, difícilmente los países que se han visto desbancados podrán recuperar su posición anterior. De hecho, se espera que España caiga hasta la posición número 26.


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