La denominada RCEP (Asociación Económica Integral Regional) es un acuerdo de libre comercio con un alcance poco ambicioso, pero que marca una victoria para China y un revés para India y Estados Unidos.

El pasado 15 de noviembre, tras casi una década de preparación, tuvo lugar la firma de un gigantesco acuerdo comercial en la región de Asia-Pacífico que comprende una mezcla diversa de países desarrollados y en desarrollo de la región. También es el primer acuerdo comercial multilateral de China y el primer acuerdo comercial entre China, Japón y Corea del Sur.

Este acuerdo incluye a los 10 miembros de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), además de China, Japón, Corea del Sur, Australia y Nueva Zelanda, cuyos miembros en total representan casi un tercio de la población mundial, el 29% del PIB mundial y el 28% del comercio internacional.

La nueva zona de libre comercio será más grande que la que compone el acuerdo entre Estados Unidos, México y Canadá y la Unión Europea, pese a no contar con la participación de la India, que aunque formó parte de las negociaciones, se retiró el año pasado al considerar que la política de aranceles podría dañar a sus productores locales.

Una vez en marcha, se espera que suponga unos 13 billones de dólares en comercio y según estimaciones de la Universidad Johns Hopkins, la RCEP agregará 186.000 millones de dólares a la economía mundial y un 0,2% al PIB de sus miembros.

Un acuerdo comercial gigantesco en una región bien integrada

La RCEP se pone en marcha en una región que ya está bien integrada económicamente y vinculada a los acuerdos comerciales preexistentes, con China como el mercado más grande o el segundo más grande para todos los países de la región, así como un proveedor estratégico.

No obstante, es muy posible que los beneficios generales de una liberalización adicional no se distribuyan de manera uniforme en todo el bloque, pues China, Japón y Corea del Sur pueden ganar más en virtud de los nuevos vínculos económicos entre ellos creados por el acuerdo, en lugar de la ASEAN, que ya está bien conectada por acuerdos comerciales con el trío del noreste de Asia.

Impulso de la supremacía de China

La RCEP es una importante victoria geopolítica para China, pues este acuerdo refuerza la interdependencia económica de Asia. Por tanto, una integración más estrecha acercará la región a la órbita económica de Pekín, que utilizará su peso económico como la economía más grande de la región para ejercer influencia en las regulaciones y el establecimiento de estándares dentro del bloque comercial.

A su vez, la eficiencia y la integración de la cadena de suministro regional que surge del acuerdo pueden aumentar el atractivo de la región para la inversión externa, reforzando así la resistencia de China a las tensiones comerciales.

En este contexto, la RCEP puede situar a Japón como equilibrador de China en la región. Como actor líder en el preexistente CPTPP (Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica), y con otros acuerdos con varios países de la ASEAN y Australia, Japón se encuentra en el centro de los acuerdos comerciales de Asia, moderando así la influencia china.

La RCEP ha sido considerada como una alternativa respaldada por China a la Asociación Transpacífica (TPP) liderada por Estados Unidos. El TPP redujo o eliminó los aranceles en los 12 signatarios, liberalizó el comercio de bienes y servicios y abrió la inversión extranjera entre los mercados de sus miembros.

El TPP, que excluyó a China, fue diseñado como parte de la estrategia “Pivot to Asia” de Barack Obama, que consistía en reorientar la influencia de EE.UU. hacia esta zona. En 2016, fue firmado por Estados Unidos y otros 11 países, incluidos cuatro miembros de Asean. Sin embargo, el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, se retiró del acuerdo en su primer día en el cargo en 2017. Sin los Estados Unidos, los otros signatarios acordaron una versión revisada del acuerdo, el CPTPP, por lo que no se prevé su incorporación en el futuro.

En el caso de la India, sus tensiones políticas con China diluyen las expectativas de Japón de un ingreso posterior de este gran país para compensar la influencia china.

¿Qué implica el acuerdo?

El principal efecto de la RCEP es haber agrupado los diversos acuerdos de libre comercio que la ASEAN tiene con los otros cinco países de Asia Pacífico en un solo marco y que aunque abarca el comercio de mercancías, hace poco por reducir las barreras no arancelarias.

El acuerdo incluye 20 capítulos y en particular, logra avances importantes en la armonización de las normas de origen y el fortalecimiento de las medidas de propiedad intelectual, pero algunos críticos han señalado sus débiles compromisos para el comercio electrónico y la omisión de una cláusula de protección laboral y ambiental.

Muchos estados miembros ya tienen acuerdos de libre comercio (TLC) entre sí, pero existen limitaciones y en ese sentido, las empresas con cadenas de suministro globales pueden enfrentarse a aranceles pese a estar en el acuerdo porque sus productos contienen componentes que se fabrican múltiples localizaciones.

Por ejemplo, un producto fabricado en Indonesia que contiene componentes hechos en Australia puede ser gravado con aranceles en otros países de la zona de libre comercio de la ASEAN.

En cambio, bajo la RCEP, las partes de cualquier país miembro recibirían el mismo trato, lo que podría dar a las empresas de los países miembros un incentivo para buscar proveedores en la región comercial.

Dentro de la RCEP, es conveniente destacar varios puntos:

Normas de origen comunes

Un beneficio importante será la armonización de las normas de origen que también ayudará a las empresas europeas en la región, permitiendo el envío de productos a través de la región más fácilmente sin encontrar diferentes criterios para cada paso en el proceso de fabricación o en cada país atravesado. Esto reducirá los costes para todas las empresas con cadenas de suministro que se extienden por toda la región. El acuerdo también avanza en materia de derechos de propiedad intelectual.

Comercio de mercancías: aranceles reducidos

Bajo la RCEP, los aranceles se eliminarán en alrededor del 92% de los bienes implementados progresivamente durante los próximos 20 años, de acuerdo con la lista de compromisos arancelarios de cada parte. Esto permitirá que los países participantes obtengan acceso preferencial al mercado común. Sin embargo, algunos productos agrícolas quedarán excluidos de estas reducciones arancelarias.

Comercio de mercancías: procedimiento aduanero simplificado

Los procedimientos aduaneros simplificados y las disposiciones de facilitación del comercio permitirán una administración eficiente y un despacho rápido de mercancías, incluido el despacho de envíos urgentes y mercancías perecederas dentro de las seis horas posteriores a la llegada a aduanas.

Comercio de servicios

Bajo la RCEP, al menos el 65% de los sectores de servicios estarán completamente abiertos a inversores extranjeros, con compromisos para elevar el límite máximo de participación extranjera en diversas industrias, como servicios profesionales, telecomunicaciones, servicios financieros, servicios informáticos y distribución y logística.

Otro aspecto a destacar, es que la RCEP también adoptará un sistema denominado “lista negativa”, donde el mercado estará completamente abierto a los proveedores de servicios extranjeros, a menos que aparezca en la lista. Esto asegura la transparencia de las regulaciones y medidas que permitirán una mayor certeza para las empresas.

Inversión

La RCEP facilita el proceso requerido para los inversores en países miembros. También previene la adopción de nuevas medidas restrictivas e incluye un mecanismo integrado de resolución de disputas entre inversores y estados.

Protección intelectual

El RCEP eleva los estándares de protección y aplicación de la propiedad intelectual en todos los países participantes. Además de asegurar la protección de los derechos de autor y la marca comercial, también va más allá para proteger las marcas comerciales no tradicionales (marcas sonoras, diseños industriales, etc.) y formas de derechos de autor digitales, que van más allá de lo que se incluyó en el CPTPP.

Comercio electrónico

El acuerdo cubre áreas como la protección del consumidor en ecommerce, la protección de la información personal en línea, la transparencia, el comercio sin papel y la aceptación de firmas electrónicas. También incluye compromisos sobre flujos de datos transfronterizos, lo que proporciona un entorno comercial digital más propicio para las empresas y proporciona un mayor acceso a los mercados de los miembros de la RCEP.

Compras y contratación pública

Los países participantes se han comprometido a publicar leyes, reglamentos y procedimientos relacionados con la contratación pública, así como oportunidades de licitación. Esto permite una mayor transparencia para que las empresas busquen oportunidades de mercado de contratación pública en la región.

La RCEP reúne a países que a menudo han tenido relaciones diplomáticas espinosas, en particular China y Japón.

Por otro lado, Australia y China no están en su mejor momento comercial, pues China podría boicotear algunas importaciones australianas como ha venido haciendo desde el año pasado.

Además, los problemas agrícolas y laborales apenas se abordan y también dice poco sobre los subsidios industriales o las empresas estatales, salvaguardando así las herramientas de gestión económica de China.

En resumen, el RCEP implica pocas reformas estructurales que impulsen el crecimiento a largo plazo y probablemente verá un mayor flujo de bienes desde países donde los costos de producción son altos, como Australia, Japón, Nueva Zelanda, Corea del Sur y Singapur hacia países con costos laborales más bajos, como Camboya, Laos y Myanmar.

La UE y la ASEAN: una asociación de importancia estratégica

Este nuevo compromiso sin duda otorga protagonismo al bloque con mayor potencial de crecimiento en el mundo, por lo que conviene que Europa le dé seguimiento e intente aprovechar la situación.

Según palabras de Josep Borrell, Alto Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, nuestros vínculos económicos con el sudeste asiático son sólidos. Durante muchos años, la UE ha sido la principal fuente de flujos de inversión extranjera directa hacia la ASEAN y uno de sus principales socios comerciales. Ya hay acuerdos de libre comercio con Singapur y Vietnam, además de Japón y Corea, y existen negociaciones en marcha con otros países, incluidos Indonesia, Australia y Nueva Zelanda.

Estos acuerdos han ayudado a sostener el comercio a pesar de la pandemia, por ejemplo, mediante importantes aumentos de las importaciones de Singapur de productos químicos y farmacéuticos y debemos pues expandir nuestra cooperación con la región al nivel de una Asociación Estratégica.

El hecho de que China vea a la RCEP como parte de un programa más amplio de acuerdos comerciales es algo evidente y tiene intenciones políticas de continuar llenando el terreno que dejó vacante Estados Unidos en lo que, a pesar de los estragos de la pandemia de la Covid-19, seguirá siendo la región de más rápido crecimiento del mundo.


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