Continuamos con nuestra serie de tips para emprendedores globales para sacar el máximo partido del equipaje de mano. (Ver entradas 1 y 2 de la serie)
Doblar la ropa para evitar pliegues. Al fondo de la maleta, bajo la capa de bolsas de plástico y zapatos se encuentra la ropa de todos los días. Para evitar que acabe llena de pliegues, hay que doblarla en capas superpuestas de forma que se amortigüen unas con otras.
Para empezar, hay que dejar la parte superior de los pantalones al final de la maleta con la parte inferior medio cubriendo un lateral. Se cubre con una pila de camisetas y luego se dobla la parte inferior de los pantalones sobre la pila. Después se dobla la parte inferior del suéter sobre los pantalones y ¡listo! Ni un solo pliegue.
Si nos vemos forzados a doblar la chaqueta del traje (por ejemplo para meterla a presión en el portaequipajes del avión) una forma de minimizar las arrugas es darle la vuelta: cogemos la chaqueta de frente, le damos la vuelta al cuello y a la solapa y ponemos las manos dentro de los hombros. Giramos el hombro izquierdo de forma que quede del revés y luego giramos el derecho para que quede dentro del izquierdo. Se deben apreciar las costuras a ambos lados de la chaqueta. Una vez hecho esto, doblamos la chaqueta por la mitad y la colocamos encima del bolso o la metemos en el portaequipajes encima de la maleta.
Más vale prevenir que curar: ropa adecuada por si nos mojamos. Ya es hora de olvidarse del abrigo de lana. Es preferible una chaqueta fina con capucha de tejido Gore-Tex o similar.
Este material es resistente al agua, no se arruga, transpira y vale para distintas temperaturas. Posee numerosos bolsillos internos con cremallera en los que poner la cartera, el pasaporte y otras cosas importantes, y evitar así que los carteristas puedan meter mano, ya que no será necesario llevar una bolsita al cuello o una riñonera (algo por lo que los expertos en moda nos estarán agradecidos). Además, también quedamos libres de ir cargados con un paraguas y cabe en el bolsillo exterior de la maleta.
La profesionalidad a la vista de todos. dos o tres accesorios que vistan y que dejen ver al personal de aeropuertos y hoteles que somos profesionales.
Atrás quedaron los días en los que podíamos engañar a una aerolínea para conseguir mejoras simplemente por llevar traje. Sin embargo, parecer un ejecutivo serio en viaje de negocios todavía nos salva de numerosos contratiempos en el aeropuerto y, desde luego, puede mejorar nuestra estancia en un hotel.
Este efecto se consigue gracias a tres accesorios que ni pesan ni ocupan espacio: para las mujeres, estos accesorios pueden ser unos elegantes pendientes de perlas, un collar a juego y un pañuelo de seda.
En el caso de los hombres, estos tres objetos pueden ser un reloj, una corbata o un bolígrafo de marca sujeto al bolsillo de la camisa.
Llevar un bolso ligero de lona en la maleta. En el equipaje siempre hay que llevar un bolso de lona por si compramos demasiadas cosas y luego no caben todas en la maleta. Cuando esto ocurre, este bolso se convierte en nuestro equipaje de mano y facturamos la maleta, que es más recia.
Palabras clave: pequeño y plástico. Un emprendedor global jamás sale de casa sin llevar consigo la tarjeta de fidelidad del aeropuerto y la Priority Pass, las tarjetas de cliente habitual de los hoteles y la maravillosa tarjeta de crédito que da acceso a la zona VIP del aeropuerto y prioridad para facturar, tanto en el control de seguridad como en el embarque.
Cuando viajamos, estas tarjetas resultan más útiles que cualquier ropa de diseño que podamos ponernos. Algunas reducen los costes de facturación del equipaje, otras mejoran la calidad de nuestro vuelo y nuestra estancia en el aeropuerto.
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