Quizás una de los factores que más preocupan a pymes y grandes empresas al considerar la internacionalización es la necesidad de desenvolverse en un entorno poco familiar, o que incluso puede hacerse hostil. Además de las historias más conocidas de fracaso de grandes multinacionales por estos motivos, que copan los casos de estudio en textos, son incontables los casos anónimos de pequeñas empresas y autónomos afectados por estos eventos.
Esto, sin embargo, no debe hacer olvidar dos factores importantes: a pesar de lo que pueda parecer a primera vista, la tendencia generalizada apunta hacia el desarme comercial; el mundo no solo está cada vez más interconectado por los negocios, sino que también tiende a una estabilización en lo político, económico y social, no obstante la visión presentada por tantos medios. Muchos de los países que muestran las cifras más alentadoras de crecimiento ven como más de sus ciudadanos dejan atrás la pobreza, accediendo a mejores condiciones y perspectivas de futuro, creando así las condiciones para una mayor estabilidad social.
Por otra parte la era digital ha supuesto poner al alcance de todos una variedad de herramientas para informarse: es más fácil identificar y comprobar rápidamente aquellos entornos con sistemas económicos y gubernamentales que garanticen la protección de los derechos de la propiedad, el cumplimiento de contratos y tratamiento igualitario de empresas extranjeras ante la ley, así como los aspectos fundamentales de su funcionamiento.
Una vez dicho esto ¿qué aspectos políticos debe tener una pyme en cuenta al trazar sus planes de internacionalización? Ofrecemos una lista de 10 claves:
- Acuerdos comerciales. Es bastante sencillo consultar la lista de países con los que existen estos acuerdos (aunque conviene recordar que lo mismo harán tus competidores, si no lo han hecho ya). En muchos casos, estas relaciones bilaterales suelen inclinar la balanza en las decisiones de internacionalización de las empresas.
- Incentivos y ventajas para la inversión externa. Al igual que en el apartado anterior, es muy fácil obtener información sobre que países ofrecen ventajas e incentivos dentro del marco de objetivos de comercio exterior y relaciones bilaterales.
- Actualidad y figuras clave. En general, aquella máxima que reza un equipo de gobierno es tan competente como el más incapaz de sus miembros es bastante acertada. Mantenerse informado por medio de diversas fuentes sobre la trayectoria de las figuras públicas que actualmente ocupan cargos, o se perfilan como potenciales candidatos es indispensable para un emprendedor global.
- Objetivos y políticas de la administración. Entre los más relevantes están las relaciones exteriores, objetivos de crecimiento económico, objetivos de sostenibilidad, compromiso con la producción local – esto es, con frecuencia, cuotas de contenido de fabricación nacional o restricciones de importación – entre otros.
- Tejido empresarial. Un aspecto estrechamente relacionado con el anterior, aunque no exactamente lo mismo. ¿Qué tan fácil o difícil es crear y sacar adelante una pyme para quienes viven en el país de destino? ¿Qué garantías o trabas presentan las instituciones al emprendimiento? En el caso de que las condiciones actuales no sean las más adecuadas ¿qué perspectivas hay de mejoras en el futuro? ¿Cuál es el sentimiento generalizado entre la comunidad empresarial local?
- Sociedad y opinión pública. La opinión general ante temas de actualidad es otro factor a analizar, por sus repercusiones en la confianza del consumidor (o la falta de ella), el desarrollo de manifestaciones o movimientos ciudadanos, etc; circunstancias como los sentimientos de nacionalismo o de invasión cultural, objeciones éticas, morales o religiosas, y preocupación medioambiental entre otras, deben ser tenidas en cuenta por las marcas y empresas extranjeras.
- Corrupción y sobornos. No hace falta recalcar el impacto que suponen la corrupción y el clientelismo en el desarrollo de los negocios y la competitividad de las empresas, aunque sí hacer hincapié en que el hecho de que las empresas locales (o incluso algunas extranjeras) puedan infringir la ley con cierta impunidad en un país, no significa que todas puedan hacerlo; en este sentido, es frecuente que las empresa extranjera sea sometida a una vigilancia mucho más estricta.
- Barreras no explícitas. Particularidades de la economía y política de diversos países, como los controles de cambio de divisas, se usan efectivamente como medidas proteccionistas ante las importaciones; otras barreras de este tipo utilizadas frecuentemente incluyen demoras y procesos burocráticos, con el consiguiente aumento de los costos de almacenamiento, o bien medidas como techos de precio para ciertos productos ante inflación o escasez.
- Ayudas y medidas antiayuda: algunos países buscan reducir el impacto de lo que consideran como competencia desleal de bienes abaratados artificialmente, como el cobro de derechos sobre mercancías importadas consideradas objeto de dumping, o bien mediante la concesión de ayudas y subvenciones a ciertos sectores para reforzar su competitividad ante las importaciones.
- Leyes y su aplicación: las leyes vigentes, su aplicación, y los cambios repentinos en ellas se usan como medida política en no pocas ocasiones, con costosas consecuencias para las empresas. En la cara opuesta de este fenómeno, circunstancias como la inseguridad ciudadana o por vía cibernética, o una protección deficiente de la propiedad intelectual, pueden llegar a ser utilizadas como elemento disuasorio de las importaciones.
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