El pasado enero, la Organización Internacional de la Energía Atómica confirmó el cumplimiento de Irán de las exigencias para poner en marcha el acuerdo nuclear pactado en julio de 2015 en Viena y para levantar las sanciones internacionales a ese país. EEUU y la UE anunciaban seguidamente el levantamiento de las sanciones, lo que supuso el fin de la cuarentena internacional que aislaba a irán desde 2006 por orden de la ONU.
Así, se abría la posibilidad de que un país con importantes reservas de hidrocarburos y un tamaño considerable se incorpore activamente a la economía internacional.
Irán es la segunda economía más importante de la región de Oriente Medio y Norte de África (MENA). Según datos del FMI, su PIB es de 416.500 millones de dólares y cuenta con una población de 78 millones. Tras dos años de recesión, las empresas de crédito prevén que este año el crecimiento real del PIB alcance el 3,8%, como consecuencia del levantamiento de las sanciones occidentales.
Analizamos a continuación la situación que afronta el país en esta nueva etapa.
Riesgos
A pesar de que no hay una gran amenaza de terrorismo en la mayoría del país, mucha gente todavía tiene la percepción de grandes problemas internos de terrorismo. Dicho esto, Irán sufre ocasionales incidentes en algunas ciudades fronterizas, como la Provincia de Sistán y Baluchistán, así como un relativamente alto riesgo de terremotos.
Los negocios con una estrategia “largoplazista” en Irán deben tener algún plan de evacuación y procedimientos programados para anticiparse a una eventual repetición de estos incidentes.
Economía
La economía de Irán exige tomar una posición de ventaja respecto a sus competidores, ya que está en transición y los negocios son de propiedad mixta del sector público y privado.
Hasta ahora, era muy frecuente que las empresas iranís hicieran uso de algún anclaje o socio en EAU para sortear las sanciones. A partir de ahora, en principio, Irán podrá mantener relaciones comerciales directamente con empresas europeas.
Oportunidades de negocio
Irán cuenta con un atractivo añadido a las oportunidades que vamos a analizar a continuación, su importancia geoestratégica, pues comparte frontera con 7 países.
Las oportunidades de negocio que ofrece el país son muy variadas:
En primer lugar, Irán necesita mejorar sus infraestructuras básicas, especialmente las energéticas, de transportes y comunicaciones, o medioambientales (como tratamiento y canalización de agua, energías renovables,…), terreno en el que la empresa española tiene experiencia y liderazgo.
El sector de la agroalimentación, aunque presenta barreras en cuanto a productos protegidos por el Gobierno, presenta oportunidades de introducción de productos alimentarios y de maquinaria agrícola.
Ingeniería y construcción
Irán es el cuarto mayor productor de petróleo y es el segundo productor de la OPEP después de Arabia Saudita, por lo que la apertura del comercio al país ofrece oportunidades para ingenierías y construcción industrial para equipamiento de industria petrolera y petroquímica, así como para la automoción y componentes del automóvil, y para el textil y calzado.
Turismo
Se están construyendo muchos hoteles en el país y España puede transferir su conocimiento en este sector, aún en vías de desarrollo en Irán, en ámbitos como la gestión hotelera o la organización de actividades turísticas.
Automoción
Irán es un país fabricante, y tiene una creciente demanda de vehículos de segmentos intermedios y de piezas y componentes automovilísticos, apartados en los que España es potencia a escala mundial, a través de su red de empresas de subcontratación industrial.
También existen otras oportunidades en estos sectores:
- energías renovables (eólica y solar)
- muebles
- informática y telecomunicaciones
- sector pesquero
- tratamiento de aguas y residuos
- franquicias “Marca España”
Otras oportunidades para empresas de telecomunicaciones, ingenierías o de software son las que ofrece la banca, ante el bajo desarrollo de la banca electrónica y las formas de pago -las tarjetas son de débito-, y la ausencia de terminales de pago inalámbricos, así como en nuevas tecnologías para volcar información en Internet.
Acceso
Realizar negocios en Irán no es sencillo, como refleja su puesto 118º del mundo en facilidad para hacer negocios, según el Banco Mundial.
A las complejidades del país, con un régimen político alejado de los estándares democráticos occidentales, también hay que añadir la diferencia cultural.
Irán todavía no forma parte de la OMC, es una economía muy proteccionista y ha estado ausente de las prácticas internacionales durante mucho tiempo.
Esto hace que sea más atractiva la inversión directa para acceder a su mercado interior que las exportaciones.
En cualquier caso, existen diferentes opciones para abordar el mercado:
Exportación directa. Es quizá la opción menos recomendable, por el colapso de ofertas y catálogos que se envían, además de los largos y tediosos procesos exigidos por las autoridades locales. Hay que tener presente la compleja regulación sobre normalización y homologación que existe en este país.
Partnership o joint-venture. Localizar un socio local con el que se puede establecer una transferencia de know-how en un contexto de conocimiento del mercado.
Zona franca de libre comercio. Esta opción aliviaría el paso por aduanas. Este proceso no tiene por qué suponer una pérdida de valor para la empresa porque una fábrica en la zona de libre comercio puede ser propia y generar retorno.
En conclusión, este puede ser un buen momento para que las empresas españolas tomen una buena posición en este mercado y aprovechen sus numerosas oportunidades de negocio.
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