El emprendedor global online: 6 requisitos para webs internacionales

Foto de Aurimas – Flickr, CC BY-ND 2.0

La democratización de ordenadores y dispositivos móviles, la penetración de internet en nuevas regiones y segmentos demográficos, y los cambios en los hábitos de consumo que esto conlleva plantea a las empresas de todo tipo el reto de aprovechar al máximo su presencia online, sin importar donde estén.

Por ello, una empresa con objetivos internacionales no sólo debe esforzarse en mostrar su mejor cara, sino que además esta debe ser creada con criterios globales. Ante esto ¿qué implica crear un sitio web para un mercado exterior? A grandes rasgos, crear o adaptar el sitio web de la empresa para una audiencia internacional requiere lo siguiente:

  1. Profesionalidad.

No hay que perder de vista que, si bien la audiencia online crece sin parar, lo mismo vale para la competencia online. Por ello, la web de empresa, en particular cuando va orientada a mercados con hábitos de compra, idioma(s) y marcos jurídicos distintos, es una inversión en la que no conviene escatimar gastos, ni esfuerzos en investigar y encontrar profesionales adecuados; en la mayoría de los casos, será necesario recurrir a ellos en algún momento del proceso. Desarrollar y optimizar una web de estas características es un trabajo complejo que requiere numerosas habilidades, las cuales pueden estar o no al alcance de una sola persona.

Para ello es preciso analizar las necesidades y criterios para un correcto diseño y optimización: ¿basta con añadir una opción de navegación en un segundo o tercer idioma, o es preferible crear una página por separado, alojada y centrada específicamente en el mercado objetivo? ¿Conoce el diseñador de la web los gustos y normas estéticas/visuales de la región? ¿Tiene experiencia en desarrollar webs para mercados extranjeros? Esto es especialmente importante para mercados culturalmente muy distintos, o con sistemas de lectura y escritura diferentes.

  1. Búsqueda y navegación.

Más allá de los aspectos visuales que atraen, o repelen, o de alguna manera distraen a los usuarios de la conversión deseada (pedidos, contacto, solicitud de presupuesto, etc.), es preciso tener en cuenta sus hábitos de búsqueda, cómo diferenciar a curiosos – y competidores – de clientes con mayores probabilidades de tomar una decisión de compra o suscripción, y cómo es posible facilitar las conversiones buscadas.

La web debe estar optimizada no solo para búsquedas, sino para que cargue con rapidez; no sólo es más probable que el visitante promedio abandone una página que le parezca demasiado lenta, sino que esto afectará negativamente el ránking en motores de búsqueda.

  1. La importancia del lenguaje.

Es mucho más probable que el usuario web promedio pase más tiempo en un portal o realice un pedido si está en su idioma. Una vez dicho esto, las historias acumuladas de tropiezos, fracasos, y pérdidas causadas por errores de traducción ocuparían varios tomos, pero a pesar de todas las advertencias, sólo basta un paseo por varios portales de empresas internacionales para observar errores curiosos. Los resultados de recortar gastos en una correcta traducción de textos pueden dar como resultado desde una anécdota divertida para los visitantes, a costosas consecuencias legales para la empresa en compras o pedidos.

Por otra parte, redactar contenidos para un mercado objetivo en el exterior va más allá de la traducción; aunque se utilice una lengua vehicular que abarque una región geográfica muy amplia (como el inglés, francés o español), hay que tener presente que los términos de búsqueda por el mismo producto o servicio pueden ser bastante distintos, incluso dentro de un mismo país. La correcta utilización de las palabras clave puede significar la diferencia entre el éxito y el fracaso más absoluto de los esfuerzos online.

  1. Contenido visual.

Al igual que el lenguaje, el material visual suele tener un impacto notable en los visitantes, y es un tema espinoso si no se trata con cuidado. La utilización de imágenes (diseños, fotografía y vídeo) requiere conocer muy bien los gustos, valores y normas culturales del mercado objetivo, a fin de evitar problemas y obtener la respuesta deseada.

  1. Sistemas de cálculo y pago.

Una tienda web que ofrezca envíos al exterior no sólo debe contar con sistema de conversión de moneda para facilitar la decisión del cliente, sino tener en cuenta los hábitos y métodos de pago más utilizados en el destino: tarjetas, transferencias, plataformas de pago online, etc. Igualmente, es necesario contar con una herramienta de cálculo de gastos de envío, incluyendo tasas e aranceles en el destino, una opción que ofrecen varias empresas de transporte y plataformas de ecommerce.

  1. Normativa local.

Hay que asegurarse de que que el contenido, enfoque creativo y protección de datos en la web cumple con las normativas legales, al igual que los requisitos de seguridad y salud pública, envasado, etiquetado, publicidad veraz, etc., de los productos, en especial de aquellos sometidos a restricciones y vigilancia estricta por diversos motivos; no hay que dar por sentado que una categoría de productos no sometida a estas restricciones en un país tiene la misma libertad en otro.

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