Como se ha venido observando, en el transcurso de la última década ha habido un empuje exponencial
de la nutrición en la industria alimentaria. Por un lado, los consumidores estaban satisfechos con cualquier cosa que les evitase estar hambrientos.
Hoy, cada vez más, se es consciente de las cantidades de alimentos ingeridos y el consumo excesivo de calorías, azúcares y grasas.
La industria de la alimentación orgánica está en alza, especialmente en segmento poblacional femenino y joven. De manera similar, los denominados “millenials” han redirigido sus hábitos alimenticios hacia frutas, vegetales y carnes bajas en grasas, marcando su proyección de comportamiento como consumidores de la industria de la alimentación saludable para los próximos años. Debido a la creciente concienciación de la población sobre el consumo de azúcar y otros ingredientes derivados, el futuro del azúcar, junto a la comida procesada, se presenta complicado.
Muchos de los principales fabricantes de alimentos envasados, como General Mills, Kraft o Campbell han visto cómo sus ventas se desplomaban. Los consumidores prefieren ingredientes frescos y naturales. Las empresas de alimentación intentan acomodarse a sus clientes de distintos modos. Es especialmente importante que los fabricantes de azúcar y repostería en Norteamérica y Europa tengan que ser más responsables con sus productos. En los casos en que es posible, los fabricantes están suprimiendo todos los azúcares de sus productos. Pizza Hut y Taco Bell están eliminando todas las grasas saturadas y reduciendo el sodio en sus pizzas.
Subway y Nestlé están eliminando todos los sabores y azúcares artificiales de sus productos. La mayoría de barras de caramelo han reducido sus porciones para contener menos de 250 calorías por pack, y el consumo de bebidas carbonatadas azucaradas ha ido reduciéndose claramente. Estos cambios tienen un impacto directo en el consumo de azúcar.
Los países con mayor presencia de la alimentación orgánica son los Estados Unidos, Alemania y China. Conscientes de los cambios en las preferencias del consumidor, las empresas de alimentación procesada están, por lo general, estudiando la mejor manera de reducir el azúcar y otros ingredientes con mala percepción por parte del consumidor en sus productos.
Desafortunadamente para los productos de azúcar de caña y de remolacha, los EEUU y China son dos de los 3 mayores importadores. Además, Estados Unidos y Alemania ocupan puestos dentro del ranking de los 10 principales importadores de alimentación envasada.
El mercado de los alimentos envasados tiene una proyección desfavorable en un futuro próximo, influyendo en el del azúcar. Esto significa que el futuro no es del todo brillante para los exportadores de productos envasados o de los ingredientes que se consideran perjudiciales en los mercados actuales. Otros países de Europa del Este están tomando consciencia por la salud, y los alimentos saludables aparecen como tendencia creciente, pero están notablemente lejos de esta situación.
Mientras que los productores de alimentación envasada deben afrontar sus problemas, el sector del azúcar tiene su propia batalla. El azúcar de caña (75% del azúcar en el mundo) y el azúcar de remolacha sufrirán un gran impacto por la caída del consumo de comida procesada. De hecho, la venta de azúcar en Estados Unidos ha bajado significativamente en los últimos años. Por ahora, en cualquier caso, Norteamérica sigue siendo el mayor importador de azúcar y el mayor mercado potencial para los productores.
Esto contribuye a una fuerte prospección de mercado para el futuro de los productores de azúcar en la Unión Europea. La UE protege a los productores de remolacha azucarera locales contra los importadores más competitivos (teniendo en cuenta las ineficiencias dentro de la industria), pero en este momento está persiguiendo el objetivo de reducir sustancialmente la brecha entre la los precios del mercado mundial y los de la UE a través de la reforma de sus leyes más proteccionistas. Para 2017 hay un plan de retirada de restricciones a los exportadores, permitiendo competir a escala global.
En conclusión, hay una caída del consumo del azúcar y de alimentos procesados flotando sobre sus respectivas industrias. Esto no garantiza una sólida base de clientes para futuras empresas exportadoras. En cualquier caso, los exportadores de la UE todavía pueden mantener el tipo, por el momento.
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